Marabamba, Rondos y Paucarbamba.Tres moles, tres cumbres, tres centinelas que se yerguen en torno de la ciudad de los Caballeros de León de Huánuco. Los tres jircayayag, que llaman los indios.Marabamba es una aparente regularidad geométrica, coronada de tres puntas, el cono clásico de las explosiones geológicas, la figura menos complicada, más simple que afectan estas moles que viven en perpetua ansiedad de altura; algo así como la vela triangular de un barco perdido entre el oleaje de este mar pétreo llamado los Andes.Marabamba es a la vez triste y bello, con la belleza de los gigantes y la tristeza de las almas solitarias. En sus flancos graníticos no se ve ni el verde de las plantas, ni el blanco de los vellones, ni el rojo de los tejados, ni el humo de las chozas. Es perpetuamente gris, con el gris melancólico de las montañas muertas y abandonadas. Durante el día, en las horas de sol, desata todo el orgullo de su fiereza, vibra,reverbera, abrasa, crepita. El fantasma de la insolación pasea entonces por sus flancos. En las noches lunares su tristeza aumenta hasta reflejarse en el alma del observador y hacerle pensar en el silencio trágico de las cosas. Parece un predestinado a no sentir la garra inteligente del arado, ni la linfa fecundante del riego, ni la germinación de la semilla bienhechora. Es una de esas tantas inutilidades que la naturaleza ha puesto delante del hombre como para abatir su orgullo o probar su inteligencia. Mas quién sabe si Marabamba no sea realmente una inutilidad, quién sabe si en sus entrañas duerme algún metal de esos que la codicia insaciable del hombre transformará mañana en moneda, riel, máquina o instrumento de vida o muerte.Rondos es el desorden, la confusión, el tumulto, el atropellamiento de una fuerza ciega y brutal que odia la forma, la rectitud, la simetría .Es la crispadura de una ola hidrópica de furia, condenada perpetuamente a no saber del espasmo de la ola que desfallece enla playa. En cambio es movimiento, vida, esperanza, amor, riqueza. Por sus arrugas, por sus pliegues sinuosos y profundos el agua corre y se bifurca, desgranando entre los precipicios y las piedras sus canciones cristalinas y monótonas; rompiendo con la fuerza demoledora de su empuje los obstáculos y lanzando sobre el valle, en los días tempestuosos, olas de fango y remolinos de piedras enormes, que semejan el galope aterrador de una manada de paquidermos enfurecidos...Rondos, por su aspecto, párece uno de esos cerros artificiales y caprichosos que l~ imaginación de los creyentes levanta en los hogares cristianos en la noche de Navidad. Vense allí cascadas cristalinas y paralelas; manchas de trigales verdes y dorados; ovejas que pacen entre los riscos lentamente; pastores que van hilando su copo de lana enrollado, como ajorca, al brazo; grutas tapizadas de helechos, que lloran eternamente lágrimas puras y transparentes como diamantes; toros que restregan sus cuernos contra las rocas y desfogan su impaciencia con alaridos entrecortados; bueyes que aran resignados y lacrimosos, lentos y pensativos, cual si marcharan abrumados por la nostalgia de u:na potencia perdida; cabras que triscan indiferentes sobre la cornisa de una escarpadura escalofriante; árboles cimbrados por el peso de dorados y sabrosos frutos; maizales que semejan cuadros de indios empenachados; cactus que parecen hidras, que parecen pulpos, .que parecen boas. y en medio de todo esto, la nota humana, enteramente humana, representada por casitas blancas y rojas, que de día humean y de noche brillan como faros escalonados en un mar de tinta, y hasta tiene una iglesia, decrépita, desvencijada, ala cual las inclemencias de las tempestades y la incuria del indio, contagiado ya de incredulidad, van empujando inexorablemente a la disolución. Una vejez que se disuelve en las aguas del tiempo.Paucarbamba, no es como Marabamba ni como Rondos, tal vez porque no pudo ser como éste o porque no quiso ser como aquél. Paucarbamba es un cerró áspero, agresivo, turbulento, como forjado en una hora de soberbia. Tiene erguimientos satánicos, actitudes amenazadoras, gestos de piedra que anhelara triturar carnes, temblores de leviatán furioso, repliegues que esconden abismos traidores, crestas que retan el cielo. De cuando en cuando verdea y florece y alguna de sus arterias precipita su sangre blanca en el llano. Es de los tres el más escarpado, el más erquido, el más soberbio. Mientras Marabamba parece un gigante sentado y Rondos un gigante tendido y con los brazos en cruz, Paucarbamba parece un, gigante de pie, ceñudo y amenazador. Se diría que Marabamba piensa, Rondos duerme y Paucarbamba vigila.Los tres colosos se han situado en torno a la ciudad, equidistantemente, como defensa y amenaza a la vez. Cuando la niebla intenta bajar al valle en los días grises y fríos, ellos con sugestiones misteriosas, la atraen, la acarician, la entretienen y la adormecen para después, con manos invisibles -manos de artífice de ensueño- hacerse turbantes y albornoces, collares y coronas. y ellos son también los que refrenan y encauzan la furia de los vientos montañeses, los que entibian las caricias cortantes y traidoras de los vientos puneños y los que en las horas en que la tempestad suelta su jauría de truenos y desvían hacia sus cumbres las cóleras flagelantes del rayo.Y son también amenaza; amenaza de hoy, de mañana, de quién sabe cuándo. Una amenaza llamada a resolverse en convulsión, en desmoronamiento, en catástrofe. Porque ¿quién puede decir que mañana no proseguirán su marcha? Las montañas son caravanas en descanso, evoluciones en tregua, cóleras refrepdadas, partos indefinidos. La llanura de ayer es la montaña de hoy, y la montaña de hoy será el abismo o el valle de mañana.Lo que no sería extraño. Marabamba, Rondos y Paucarbamba tienen geológicamente vida. Hay días en que murmuran, en que un tumulto de voces interiores pugna por salir para decirle algo a los hombres. Y esas voces no son las voces argentinas de sus .metales yacentes, sino voces de abismos, de oquedades, de gestaciones terráqueas, de fuerzas que están buscando en un dislocamiento el reposo definitivo.Por eso una tarde en que yo, sentado sobre un peñón de Paucarbamba, contemplaba con nostalgia de llanura, cómo se hundía el sol tras la cumbre del Rondos, al levan tarme , excitado por el sacudimien to de un temblor, Pillco, el indio más viejo, más taimado, más supersticioso, más rebelde, en una palabra más incaico de Llicua me decía, poseído de cierto temor solemne:-Jirca-yayag. Jirca-yayag, con hambre, taita.-¿Quién es Jirca-yayag?-Paucarbamba, taita. Padre Paucarbamba, pide oveja, cuca, bescochos, comfuetes.-¡Ah, Paucarbamba come como los hombres y es goloso como los niños! Quiere confites y bizcochos.-Au, taita. Cuando pasa mucho tiempo sin comer, Paucarbamba piñashcaican. Cuando come cushiscaican.-No voy entendiéndote, Pillco.-Piñashcaican, malliumor; cushiscaican, alegría, taita.-¿Pero tú crees de buena fe, Pillco, que los cerros son como los hombres?-Au, taita. Jircas comen; jircas hablan; jircas son dioses. De día callan, piensan, murmuran o duermen. De noche andan. Pillco no mirar noche jircas; hacen daño. Noches nubladas jircas andar más, comer más, hablar más. Se juntan y conversan. Si yo te contara, taita, por qué jircas Rondos, Paucarbamba y Marabamba están aquí ..IIY he aquí lo que me contó el indio más viejo, más taimado, más supersticioso y más rebelde de Llicua, después de haberme hecho andar muchos días tras él, de ofrecerle dinero, que desdeñó señorialmente, de regalarle muchos puñados de coca y de prometerle, por el alma de todos los jircas andinos, el silencio para que su leyenda no sufriera las profanadones de la lengua del blanco, ni la cólera implacable de los jircas Paucarbamba, Rondos y Marabamba. "Sobre todo -me dijo con mucho misterio- que no sepa Paucarbamba. Vivo al pie, taita"."Maray, Runtus y Páucar , fueron tres guerreros venidos de tres lejanas comarcas. Páucar, vino de la selva, Runtus del mar ; Maray , de las punas. De los tres,Páucar era el más joven y Runtus, el más viejo. Los tres estuvieron a punto de chocar un día, atraídos por la misma fuerza: el amor. Pillco-Rumi,curaca de la tribu de los pillcos, después de haber tenido hasta cincuenta lújos, todos varones, tuvo al fin una hembra es decir una Orcoma,pues no volvió a tener otra hija. PiUco-Rumi por esta circunstancia puso en ella todo su amor, todo su orgullo, y su amor fue tal que medida que su hija crecía iba considerándola más digna de Pachacámac que de los hombres. Nació tan fresca, tan exuberante, tan bella que la llamó desde ese instante Cori-Huayta. y Cori-Huayta fue el orgullo del curacazgo, la ambición de los caballeros, la codicia de los sacerdotes, la alegría de Pillco-Rumi, la complacencia de Pachacámac. Cuando salía en su litera a recoger flores y granos para la fiesta del Raymi, seguida de sus doncellas y de sus criados, las gentes se asomaban a las puertas para verla pasar y los caballeros detenían su marcha embelesados, mirándose después, durante muchos días, recelosos y mudos.Pillco-Rumi sabía de estas cosas y sabía también que, según la ley del curacazgo, su hija estaba destinada a ser esposa de algún hombre. Si la esterilidad era considerada como una maldición entre los pillcos, la castidad voluntaria sin voto, era tenida como un signo de orgullo, que debía ser abatido, so pena de ser sacrificada la doncella a la cólera de los dioses y la ley de los pillcos prescribía que los varones debían contraer matrimonio a los veinte años y las mujeres a los dieciocho. Pillco-Rumi no estaba conforme con la ley. Pillco-Rumi sintió rebeldías contra ella y comenzó a odiarla y a pensar en la manera de eludirla. Según él, Cori-Huayta estaba por encima de la ley. La ley no se había puesto en el caso de que un padre que tuviera una orcoma habría necesariamente de casarla. Cuando se tiene varias hijas, bien puede cederse todas, menos la elegida por el padre para el cuidado de su vejez. y cuando se tiene una como Cori-Huayta, pensaba Pillco-Rumi, todos los hombres sumados, no merecen la dicha de poseerla.Y Pillco-Rumi, que, además de padre tierno, era hombre resuelto y animoso, juró ante su padre el Sol que Cori-Huayta no sería de los hombres sino de Pachacámac.IIIY llegó el día en que Pillco-Rumi debía celebrar en la plaza pública el matrimonio de todos los jóvenes aptos según la ley.La víspera Pillco-Rumi había llamado a su palacio a Racucunca, el gran sacerdote, yaa Karu-Ricag, el más prudente de los amautas, para consultarles el modo de eludir el cumplimiento de la ley matrimonial.El amauta dijo:-La sabiduría de un curaca está en cumplir la ley. El que mejor la cumple es el más sabio y el mejor padre de sus súbditos.Y el gran sacerdote, que no había querido ser el primero en hablar:-Sólo hay dos medios: sacrificar a Cori-Huayta o dedicarla al culto de nuestro padre el Sol.Pillco-Rumi se apresuró a objetar:-Cori-Huayta cumplirá mañana dieciocho años; ha pasado ya la edad en que una doncella entra al servicio de Pachacámac.-Para nuestro padre -repuso Racucunca- todas las doncellas son iguales. Sólo exige juventud.Y el gran sacerdote, a quien Cori-Huayta desde dos años atrás venía turbándole la quietud, hasta hacerle meditar horribles sacrilegios y que parecía leer en el pensamiento de Pillco-Rumi, añadió:-No hay hombre en tu curacazgo digno de Cori-Huayta.El amauta, que a su vez leía en el pensamiento de Racucunca, intervino gravemente:-La belleza es fugaz; vale menos que el valor y la sabiduría. Un joven sabio y valiente puede hacer la dicha de Cori-Huayta.Ante tan sentencioso lenguaje, que significaba para Racucunca un reproche y para Pillco-Rumi una advertencia, aquél, disimulando sus intenciones, replicó:-Mañana, a la hora de los sacrificios lo consultaré en las entrañas del llama.Y mientras Racucunca, ceñudo y solemne, salía por un lado y Karu-Ricag, tranquilo y grave, por otro, Pillco-Rumi, con el corazón apretado, por la angustia y la esperanza, quedábase meditando en su infelicidad.Por eso en la tarde del día fatal, en tanto que el regocijo popular se difundía por la ciudad y en la plaza pública los corazones de los caballeros destilaban la miel más pura de sus alegrías; y los guerreros, coronados de plumas tropicales, en pelotones compactos, esgrimían sus picas de puntas. y regatones relucientes, balanceaban los arcos, blandían las macanas cabezudas, restregaban las espadas y las flechas, rastrallaban las hondas y batían banderas multicolores; y los haravicus, estacionados en los tres ángulos de la plaza, cantaban sus más tiernas canciones eróticas al son de los cobres estridentes; y las futuras esposas, prendidas en rubor, coronadas de flores, enroscadas las gargantas por collares de guayruros y cuentas de oro, y envueltas en albas turucas flotantes, giraban lentamente, cogidas de las manos, en torno de la gran piedra de los sacrificios; y Cori-Huayta, ignorante de su destino, esperaba la hora de los desposorios; Pillco-Rumi, de pie sobre el torreón del occidente, los brazos aspados sobre el pecho; la curva y enérgica nariz dilatada y palpitante, la boca contraída por una crispatura de soberbia y resolución y la frente surcada por el arado invisible de un pensamiento sombrío, encarando al sol el rojizo rostro, como una interrogación al destino, hacía esta invocación, mezcla de impiedad y apóstrofe:-¿Podrán los hombres más que Pachacámac? ¿No querrás tú, Padre Sol, cegar con tus ojos los ojos de aquél que pretende posarlos en los encantos de Cori-Huayta? ¿No podrías tú hacerles olvidar la ley a los sabios, a los sacerdotes, a los caballeros? Quiero que Cori-Huayta sea la alegría de mi vejez; quiero que en las mañanas, cuando tú sales y vienes a bañar con el oro de tus rayos bienhehores la humildad de mi templo, Cori-Huayta sea la que primero se bañe en ellos, pero sin que los hombres encargados de servirte la contemplen, porque se despertaría en ellos el irresistible deseo de poseerla, Cori-Huayta es, señor, digna de ti. ¡Librala de los deseos de los hombres!Y Pillco-Rumi, más tranquilo después de esta invocación, volviendo el rostro hacia la multitud, que bullía y clamoreaba más que nunca , clavó en ella una i11definible mirada de desprecio. y al reparar en Racucunca, que en ese instante, con un gran espejo cóncavo, de oro bruftido, recogía un haz de rayos solares para encender el nevado copo de algodón, del que había de salir el fuego sagrado para los sacrificios, levantó el puño como una maza, escupió al aire y del arco de su boca salió, como una flecha envenenada esta frase: "Cori-Huayta no será tuya, traidor. Yo también, como Karu-Ricag, adiviné ayer tu pensamiento. Primero mataré a Cori-Huayta".Pero Supay, el espíritu malo, que anda siempre apedreando las aguas de toda tranquilidad y de toda dicha para gozarse en verlas revueltas y turbias, comenzó por turbar el regocijo público, pararon las danzas, se levantaron azorados los amautas, temblaron las doncellas, se le escapó de la diestra al gran sacerdote, el espejo cóncavo generador del fuego sagrado, y la multitud prorrumpió en un inmenso alarido, que hizo estremecer el corazÓn de Cori-Huayta, al mismo tiempo que; señalando varios puntos del horizonte, gritaba: "¡Enemigos! ¡Enemigos! Vienen por nuestras doncellas. ¿Dónde está Pillco-Rumi? ¡Defiéndenos, Pillco-Rumi! ¡Pachacámac, defiéndenos!".Eran tres enormes columnas de polvo, aparecidas de repente en tres puntos del horizonte, que parecían tocar el cielo. Avanzaban, avanzaban... Pronto circuló la noticia. Eran Maray, de la tribu de los pascos; Runtus, de la de los huaylas; y Páucar, de la de los panataguas,la más feroz y guerrera' de las tribus. Cada uno había anunciado a Pillco-Rumi su llegada el primer día del equinoccio de la primavera, con el objeto de disputar la mano de Cori-Huayta, anuncio,que Pillco-Rumi desdeñó, confiado en su poder y engañado por las predicciones de los augures.Los tres llegaban seguidos de sus ejércitos; los tres habían caminado durante muchos días, salvando abismos, desafiando tempestades, talando bosques, devorando llanuras. y los tres llegaban a la misma hora, resueltos a no ceder ante nadie ni ante nada. Runtus, durante el viaje había caminado pensando: "Mi vejez es sabiduría. La sabiduría hermosea el rostro y sabe triunfar de la juventud en el amor". y Maray: "La fuerza impone y seduce a los débiles. y la mujer es débil y ama al fuerte". y Páucar: "La juventud lo puede todo, puede lo que no alcanza la sabiduría y la fuerza".Entonces Pillco-Rumi, que desde el torreón de su palacio había visto también aparecer en tres puntos del horizonte las columnas de polvo que levantaban hasta el cielo los ejércitos de Runtus, Páucar y Maray, comprendiendo a qué venían, en un arranque de suprema desesperación, exclamó, invocando nuevamente a Pachacámac: "Padre Sol, te habla por última vez Pillco-Rumi. Abrasa la ciudad, inunda el valle, o mata a Corilluayta antes de que yo pase por el horror de matarla".Ante esta invocación, salida de lo más hondo del corazón del Pillco-Rumi, Pachacámac, que, desde la cima de un arco iris, había estado viendo desdeñosamente las intrigas de Supay, empeñado en producir un conflicto y ensangrentar la tierra, cogió una montaña de nieve y la arrojó a los pies de Páucar, que ya penetraba ala ciudad, convirtiéndose al caer en bullicioso río. Páucar se detuvo. Después lanzó otra montaña delante de Maray, con el mismo resultado, y Maray se detuvo también. Ya Runtus, que, como el menos impetuoso y el más retrasado, todavía demoraba en llegar , se limitó a tirarle de espaldas de un soplo. Luego clavó en cada uno de los tres guerreros la mirada y convirtióles, junto con sus ejércitos, en tres montañas gigantescas. No satisfecho aún de su obra, volvió los ojos a Cori-Huayta, que asustada, había corrido a refugiarse al lado de su padre, y mirándola amorosamente exclamó: ¡Huáñucuy! y Cori-Huayta, más hermosa, más exuberante, más seductora que nunca, cayó fulminada en los brazos de Pillco-Rumi.Ante tal cataclismo, la tribu de los pillcos, aterrorizada, huyó, yendo a establecerse en otra región, donde fundó una nueva ciudad con el nombre de Huáñucuy, o Huánuco, en memoria de la gran voz imperiosa que oyeran pronunciar a Pachacámac.Desde entonces Runtus, Páucar y Maray están donde los sorprendió la cólera de Pachacámac, esperando que ésta se aplaque, para que el Huallaga y el Higueras tornen a sus montañas de nieve y la hija de Pillco-Rumi vuelva a ser la Flor de Oro del gran valle primaveral de los pillcos...
" Nuestro objetivo es difundir las denominadas“literaturas de las culturas perifericas”, que estuvieron siempre relegadas del estudio académico y consideradas como folklore o literaturas muertas y arcaicas, cuando en realidad son textos dinámicos y en constante búsqueda de actualización y valor estético. Consideramos tarea pendiente estudiar esa manifestaciones y encontrar en estas literaturas el verdadero valor que tiene nuestras multiculturalidades."
martes, 28 de mayo de 2013
Los Tres Jircas. Enrique López Albújar
lunes, 27 de mayo de 2013
ANÁLISIS DE LA CULTURA ANCESTRAL ANDINA
Las culturas ancestrales de los diversos pueblos Andinos han presentado un permanente desafío práctico y teórico a las concepciones del supuesto desarrollo histórico, lineal y ascendente de la humanidad, propias de la modernidad eurocéntrica, que las habían condenado a la inexorable superación o extinción, como vestigio caduco de lo arcaico y supervivencia de lo atrasado.
En esta singularidad de lo supuestamente arcaico y atrasado en la teoría, pero que aparece empíricamente vigente, aparece la necesidad actual de la humanidad por diseñar nuevas formas de conocimiento y comprensión que cuestionen, permitan des-construir y superen los pilares hoy en crisis de la civilización hegemónica. Es esa necesidad múltiple, integral, la que genera condiciones materiales objetivas que permiten mirar como vigentes y acuciantes los saberes alternativos de otras culturas que emergieron de manera paralela, separada y distinta, que llegaron a ser altamente desarrolladas. Aunque en ella existían relaciones de dominación y conflicto, éstas eran de un carácter muy diferente a las de Europa occidental y ocupaban un lugar secundario bajo la hegemonía de principios de regulación social que aunaban la justicia social y ambiental como soporte de la armonía y equilibrio del mundo y el cosmos.
En el presente escrito, en su análisis, se trata explicar la razón concreta, material, estructural, histórica, por la que las realidades americanas y específicamente la cultura andina, no pueden ser comprendidas realmente cuando se estudian e interpretan con las ideas y métodos nacidas en y para otras realidades, ya que en ella se generaron consecuentemente órdenes sociales y estructuras culturales igualmente únicos e irrepetibles.
Se explicitan además, los principales obstáculos que dificultan la reconstrucción de las culturas ancestrales andinas. Entre ellas se mencionan: la subjetividad investigativa y la visión euro centrista de la cultura andina, la "leyenda negra" de la cultura andina; la falsa dicotomía de tener que "elegir" teóricamente entre distintas concepciones de la cultura andina y la distancia cronológica hacia atrás, por la cual los conceptos actuales pierden significados y utilidad en la medida que se investigan realidades ajenas a la actualidad.
Es imprescindible que se estudie a la cultura andina desde su especial particularidad y se trate a nuestros pueblos originarios como un "otro", diferente, creador de conocimiento legítimo y útil, en imprescindible diálogo horizontal con el conocimiento occidental moderno. Se debe utilizar una metodología que rompa con las dificultades epistémicas de la cultura andina construyendo una aproximación de conocimiento más real y útil, aunque más compleja y difícil.
La originalidad de la cultura andina
"Andino" viene de "Andes", que es el nombre que recibe el sistema montañoso de millones de años de formación y antigüedad, que atraviesa el continente suramericano, desde Venezuela y Colombia en el norte hasta la Antártica en el sur. "Andes" tiene su origen en el antiguo aymara "Qhatir Qullo Qullo": "Montaña que se ilumina" (por la salida y puesta del sol); y que los españoles redujeron únicamente a "Qhatir", el cual castellanizaron como "Antis" y finalmente "Andes". Se trata de una cadena interminable de cumbres, la más larga del mundo con 7.500 kilómetros de largo, con un promedio de 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar, superando en muchos puntos los 6.000 metros. Hace de columna vertebral simbólica del continente, omnipresente, diversa y común, de norte a sur, de océano a océano, conectando de una u otra forma todos los actuales países, fundiéndose en los actuales Perú y Bolivia con el Amazonas en una fuerte identidad andino-amazónica. Privilegiado observatorio natural astrológico y escenario de permanentes y cíclicos sacudimientos telúricos, con inevitables consecuencias mítico espirituales y religiosas en los pueblos que milenariamente los habitan. En torno a los Andes surgieron los primeros y sorprendentes órdenes sociales y estatales, abarcando amplios territorios de varios de los países actuales suramericanos.
El origen de lo inédito
No existen pruebas serias de la llegada a América de seres humanos luego de que se cerrara el llamado "Puente de Bering" que unió por congelamiento Norteamérica y Europa hace once mil años, ni existen pruebas contundentes que permitan concluir que los pueblos americanos tuvieron contactos con pueblos de otros continentes hasta la llegada de los europeos en el siglo XV, salvo excepciones como la de la exploración vikinga en Norteamérica en el siglo X y las evidencias de exploración china en Latinoamérica seis décadas antes de la llegada de los Europeos[1]El aislamiento de América y sus poblaciones de todo contacto significativo con las poblaciones de otros continentes del planeta, a partir de alrededor de once mil años atrás, luego de que el mar cerrará el llamado "Puente de Bering", determinó que los seres humanos desarrollarán una interacción única e irrepetible con los medios geográficos, climatológicos y zoológicos específicos de esta región, una evolución socio cultural diferente, paralela e independiente, de las desarrolladas en otras partes del planeta. Esta es la base de la originalidad, del carácter inédito de la denominada prehistoria americana, al punto que no se emplea la periodización tradicional de la prehistoria usada en otras partes del mundo, sino una específica adecuada a la realidad arqueológica del continente, planteándose una teoría y metodología también específicas para el estudio de la prehistoria en América, ampliamente aceptadas y usadas.[2] Del mismo modo, las primeras civilizaciones de América se desarrollaron de manera aislada, paralela pero independiente, del resto del planeta durante miles de años[3]que materialmente hubo de generar consecuentemente órdenes sociales y estructuras culturales igualmente únicos e irrepetibles. Esta es la base de la originalidad, del carácter inédito, de la denominada prehistoria americana, al punto que para su estudio no se emplea la periodización tradicional de la prehistoria, ni la metodología, usadas en otras partes del mundo, sino unas específicas y adecuadas a la realidad arqueológica del continente.
La periodización adecuada y más consensuadas para su estudio y comprensión es la de tres grandes horizontes panandinos, es decir, órdenes sociales estatales que abarcaron territorios de varios de los países actuales de Suramérica: Temprano (Chavín), Intermedio (Tiawanaku) y Tardío (Tahuantinsuyo). Pero que no son correlativos y consecutivos, sino que están interrumpidos por períodos intercalados de predominio de la fragmentación en numerosos órdenes sociales de carácter regional y local, limitados a pequeñas porciones de territorio. Se les llama dos grandes "intermedios". En coherencia con los principios básicos de flexibilidad y adaptación que inspiran a todas las culturas y comunidades andinas, éstos horizontes e intermedios, obedecían a periodos de aumento de hielos en las cumbres andinas que imponían, como mecanismo de adecuación, la formación compleja y contradictoria de ordenes sociales que, siendo estatales, jerárquicos y con relaciones de dominación, conflicto y violencia, conservaban sin embargo los principios fundamentales de la reciprocidad / redistribución social comunitaria a gran escala,[4] y el equilibrio armónico con el medio ambiente. Subyacentemente, existe una continuidad cultural que por miles de años sostuvieron, bajo diversas formas políticas, cientos de diversos pueblos andinos que permitió desarrollar un alto grado de conocimiento agro astrológico, matemático geométrico, arquitectónico, hidráulico, simbólico comunicacional, y cultural.[5]
El Tahuantinsuyo, último ciclo panandino bajo la administración de los incas, es sólo una pequeña y última parte de esa continuidad y acumulado milenario, que fue el que conocieron los invasores europeos, como señala Flores Galindo: Sólo con la invasión europea se interrumpió un proceso que transcurría en los marcos de una radical independencia…los incas… realizaron desde el Cusco una expansión rápida pero frágil.[6]
Dificultades epistémicas de la reconstrucción de la cultura andina
La re-construcción seria y rigurosa de la cultura andina, ancestral y permanente hasta hoy, presenta enormes dificultades de entrada, de carácter epistémico, es decir, desde dónde, desde quién, y cómo, se busca conocerlas, re-construirlas, pensarlas. En primer lugar, se trata del esfuerzo adicional, lleno de riesgos, que implica re-construir lo que ha sido descalificado, negado, invisibilizado y silenciado, tanto teóricamente como en la práctica histórica, por las formas de conocimiento y de pensar hegemónicos. El "otro" que se busca re-construir, en este caso lo andino, fue considerado una forma de barbarie, de ignorancia, de estado de naturaleza, casi al borde de lo no humano.
Podemos diferenciar una serie de obstáculos que dificultan la reconstrucción de la cultura andina entre las cuales podemos señalar:
a.- La subjetividad investigativa y la visión euro centrista de la cultura andina
La visión de la cultura andina, durante siglos, ha obviado dos aspectos que son fundamentales en su interpretación y análisis:
- 1. que hasta quien se considere el más objetivo especialista está prisionero de sus experiencias, de los valores dominantes de su sociedad, de las tradiciones, de los estereotipos de su entorno. La mirada es predominantemente eurocéntrica de la historia;
- 2. que cualquier teórico y/o académico que se aproxima a cualquier disciplina sea del ámbito que sea, y de forma especial en las humanidades, lo hace desde la perspectiva de su ámbito cultural, nacional o ideológico y establece una elaboración teórica según esos valores. Por lo tanto, nadie es independiente; el teórico y/o académico se puede aproximar más o menos a la objetividad, pero nunca a la independencia.
La perspectiva eurocéntrica tiene su sustento en la imposición ideológica y de un sistema de dominación que considera la idea de la "civilización occidental" como el único modelo civilizatorio mundial al cual todas las demás civilizaciones deben subyugarse a él. Occidente justifica las nuevas formas de colonialismo, olvidando que su conquista fue posible a la fuerza a la violencia organizada y no por la superioridad valórica. De esta manera, el tema de los derechos humanos se ha transformado en el caballo de batalla para criticar los sistemas políticos, económicos, sociales y culturales que Occidente no comparte.
Muchos de los registros históricos que quedan, y a los cuales está obligado a recurrir cualquier estudio, son en sí mismos visiones tergiversadas, coloniales, negadoras.[7] Peor aún, aunque se ha contado con la permanencia de muchas comunidades andinas, las propias estructuras teóricas y analíticas desde las que inevitablemente se miran y estudian corresponden a las de esa razón hegemónica y negadora en la que se ha formado académicamente desde hace siglos a los investigadores, tendiendo a reproducir esa ceguera y sordera epistémica, como lo señala Quijano: "Aplicada de manera específica a la experiencia histórica latinoamericana, la perspectiva eurocéntrica de conocimiento opera como un espejo que distorsiona lo que refleja".[8]
Europa usa su propio patrón civilizatorio para "medir" a otras realidades. Y de acuerdo a ese patrón el mundo latinoamericano es sencillamente "salvaje. Jorge Hegel, monumento del pensamiento alemán plantea que,.. el pueblo de los americanos no es susceptible de ninguna forma de civilización e incapaces de gobernarse están condenados a la extinción[9]Habla, sin apelación a nombre de la humanidad, diciendo que son pueblos"sin historia". Pueblos en casi puro "estado de naturaleza". Y como la naturaleza, sometibles, explotables. Consta detalladamente en los registros deArchivo de Indias en España, que, sólo entre 1503 y 1660, 18.5000 kilos de oro y 16 millones de kilos de plata fueron saqueados de América y llevados a Europa. Los indios fueron repartidos en "encomiendas" como una nueva moneda corriente. "...lo mismo es dar a uno quinientos pesos y myll de renta... a dárselos en yndios que lo renten por vía de encomienda..." (Autos de repartimiento. 1569). Y en las encomiendas se realiza la obra civilizatoria. La enseñanza de la sanguinaria disciplina laboral en la explotación intensiva de minerales y plantaciones. La importación de enfermedades inéditas e indefectiblemente fatales para el sistema inmunológico de los pueblos indígenas, tales como la malaria, la viruela y el sarampión. El uso acostumbrado de perros salvajes, del garrote y de la carga a degüello con la espada para mostrar a los díscolos las inapelables verdades del catolicismo.Muerte se volvió equivalente de conquista… cualquier establecimiento español comenzaba con edificar una horca… las enfermedades se propalan con los barcos y sus ratas, los virus llegan incluso antes que la hueste de Pizarro.[10]
A la destrucción de los territorios y los cuerpos, se sumó la de los espíritus. Se trató de la alucinante "extirpación de idolatrías". Sólo en el siglo XVII, al menos tres grandes campañas de extirpación de idolatrías aterrorizaron a los pueblos y comunidades de la actual sierra peruana. ¿Cuáles son los instrumentos a los que recurren quienes combaten a la idolatría? … la cárcel y la escuela.[11] Los siervos del señor, obispos inquisidores Juan de Zumárraga de México, famoso por su "amor a los indios", y Diego de Landa de Yucatán ejecutaron "autos de fe", donde se procesó, sometió a tormento, colgó y quemó en la hoguera a miles de indígenas, cientos de ellos niños, encabezados por el cacique de Tezcoco, Carlos Chichicatécotl. Se destruyeron 5.000 esculturas, 13 altares, 197 vasos, y 27 "códices" mayas, pergaminos con su particular escritura. Todos únicos en su especie. De incalculable, irreparable, valor cultural. Pedazos de un universo humano completo perdidos irremediablemente. En Brasil, se prohibieron las cosmovisiones Umbanda, Yoruba, Candomble, Santería; y la "capoeira", forma de combate de los esclavos angoleños, camuflada de danza para evadir el control esclavista, devenida en profunda expresión espiritual libertaria, fue prohibida y severamente castigada. Tras la rebelión encabezada por Tupac Amaru II y Tupac Katari, en los actuales Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Venezuela, Chile y Argentina, donde se estima que llegaron a morir en las masivas represiones al menos 50 mil indígenas (algunos autores estiman hasta 100 mil), los españoles torturaron y masacraron a todos los parientes del inca revolucionario hasta en cuarto grado de consanguinidad. Atacaron la centenaria estructura de liderazgo de los "curacas". Prohibieron la enseñanza del quechua y sus obras teatrales, la investigación sobre los incas y hasta la novela "los Comentarios reales de los incas" de Garcilazo.[12] Se ordenó la destrucción de las indumentarias indígenas. Y hasta de los "quipus", sistema milenario de cuerdas de lana o algodón con nudos de colores y trozos de maderas, que registraban la matemática y la técnica de memoria histórica de esa civilización que aseguraba los derechos sociales a todos y vivía en sagrada armonía con el universo; conceptos tan inescrutables para los europeos como los propios quipus. Prohibidos del quechua, quedaba terminante negado también que los indios aprendieran a leer y escribir el español, y se abrogó todo privilegio económico a las élites nobles indígenas. Arrancarles la piel social y la memoria. Ser olvidados, analfabetos y pobres, ese sería el castigo de un pueblo entero.[13]
b.- La "leyenda negra" de la cultura andina
Luego tenemos la llamada "leyenda negra" de la cultura andina, tergiversaciones y distorsiones realizadas sistemáticamente con el objetivo político de justificar la invasión y saqueo como obra "civilizatoria" frente a bárbaros, salvajes e inhumanos, obstáculo difícil de salvar. Bajo la inspiración del mismo virrey… se propaló una visión del pasado andino… con la finalidad de justificar la conquista. Toledo enroló para este proyecto a Sarmiento de Gamboa, autor de la "Historia Indica" en esa crónica… en el discurso toledano: los incas eran idólatras, convivían con el diablo, ejecutaban sacrificios humanos y, por último practicaban la sodomía.[14] Se construye así una estructura sutil de descalificación, legitimada como conocimiento válido, sustentada en la autoridad de la "historia", asumida como la "verdad", naturalizada como "realidad", indiscutible, "oficial". El colonialismo, como hecho histórico, significó la formación de nuevas identidades en América Latina, así en trescientos años las muchas identidades de diversos pueblos y culturas, quedaron reducidas a una identidad racial inventada por los colonizadores: indios, adjetivo deshumanizador, lleno de todo lo negativo.[15]
c.- La falsa dicotomía de tener que "elegir" teóricamente entre distintas concepciones de la cultura andina
Posteriormente , está la falsa dicotomía, que aparece casi como reacción refleja ante la falta de estudio riguroso, de tener que "elegir" teóricamente entre una concepción de la cultura andina como "repetición de lo mismo", caso particular de leyes universales de toda la humanidad, u otra donde es una especie de "paraíso" perfecto, sin relaciones de dominación, conflicto y violencia. Se evade de este modo, el arduo trabajo de reconstruir y reconocer con rigurosidad una realidad que no es ni una ni la otra, sino diferente, con relaciones de dominación, conflicto y violencia, pero que son inéditas y originales y no reductibles a las supuestamente universales.
Reaccionando ante la violenta negación y descalificación histórica, hay quienes llegan a la idealización acrítica del pasado, en este caso de la cultura andina, ajena y contraria al esfuerzo de reconstrucción auténtica, rigurosa y útil; sirviendo a veces de base a una visión indigenista totalitaria, de base filo racista, y que pretende incluso una posición de privilegio, excluyente y sectaria, en una nueva estructura jerárquica de relacionamiento hacia los demás pueblos y actores sociales. Más ideológico que serio y sistemático, entre las interpretaciones "satanizadoras" o idealizadoras", ambas coloniales, del Tahuantinsuyo.
d.- La distancia cronológica hacia atrás, por la cual los conceptos actuales pierden significados y utilidad
Tenemos además, el obstáculo que representa siempre, la distancia cronológica hacia atrás, por la cual los conceptos actuales pierden significados y utilidad, en la medida que se investigan realidades hacia atrás en el tiempo. Conceptos como economía, productividad, desarrollo, educación y muchos otros, que hoy nos parecen naturales y evidentes, pierden todo significado antes de la época moderna incluso en la misma Europa, como lo ha señalado contundentemente, entre otros, Iván Illich.[16]
Reflexiones finales
Estos obstáculos y condicionantes coloniales epistémicos imponen el esfuerzo incesante de autorreflexión crítica. Exigen un doble trabajo simultáneo de descolonización, de las fuentes de las que se estudia y de las matrices de conocimiento que habitan al investigador y con las que éstas son pensadas. Conjuntamente, exige un principio de prudencia y des-prejuicio, evitando al máximo posible concepciones analíticas a priori que arriesguen a perder la autenticidad, complejidad y riqueza de realidades inéditas y únicas, en tanto totalidades aisladas, paralelas y autónomas en su dinámica histórica respecto de las hegemónicas. En suma, se trata de encontrar nuevas estrategias de conocimiento que no sean en sí mismas estrategias de dominación y colonialidad. Re-construir con rigor de autenticidad la cultura andina representa de hecho una traducción de un mundo a otro, del andino al occidental moderno, con la dificultad de que uno de los mundos ha estado largamente negado y silenciado y ha de traducirse su silencio, buscando en el camino el mecanismo de traducción que garantice la mínima e irrenunciable horizontalidad entre ambos. En ese sentido, y más allá de la vigencia y aporte que de hecho representa la cultura andina, la descolonización del saber que implica su re-construcción, su recuperación y reivindicación como un "otro" creador de conocimiento, legítimo y útil, en dialogo horizontal con el conocimiento occidental moderno, resulta en sí mismo un ejercicio de emancipación intelectual y de ética de la responsabilidad, un proceso de renovación de las estrategias de conocimiento y de la política. En términos históricos, se trata de la cultura andina como símbolo de la negación, la exclusión y el sufrimiento humano, fundamentado y justificado a partir de haber impuesto como "universal", en última instancia por la violencia, la razón de una realidad particular, local y específica, la de la modernidad occidental europea. Pero también como símbolo de emancipación integral, justamente, a través del esfuerzo de descolonización epistémica.
Se deben redoblar esfuerzos para facilitar esta tarea histórica, la de descolonizar el saber, desaprender la colonialidad, dar su lugar a nuestros pueblos originarios como un "otro", diferente, creador de conocimiento legítimo y útil, en imprescindible diálogo horizontal con el conocimiento occidental moderno. Encontrar otras formas de entender lo "otro", que permitan su descripción y análisis en lo que de hecho eran y son, más allá de trampas políticas universalistas y negadoras, por un lado, o idealistas y justificatorias, por otro. Una exigencia de descolonización epistemológica que supere la polaridad de la satanización o el fetichismo de las culturas ancestrales y diferentes, en este caso la andina, construyendo una aproximación de conocimiento más real y útil, aunque más compleja y difícil, en el amplio y desigual terreno que se extiende entre aquellas visiones extremas y fáciles.
Crear condiciones para facilitar este movimiento de descolonización epistemológica y ética para recuperar de manera útil los acervos culturales de los pueblos del mundo constituye una tarea teórica de primer orden político, que ya está en marcha, pero insuficiente todavía, a la que se deben destinar esfuerzos, conscientes de que estos nuevos o renovados enfoques éticos necesariamente deben ser incorporados en el proceso de tránsito y superación civilizatoria.
Bibliografía
- De la Vega, Gracilazo. Comentarios reales de los Incas. Fondo de Cultura Económica. Lima, Perú. 1991.
- Flores Galindo, Alberto. Buscando un Inca: Identidad y Utopía en los Andes. Instituto de Apoyo Agrario. Lima, Perú. 1987. Pág. 292.
- Illich, Iván La crítica radical de la empresa escolar. En: Opciones N° 13. Suplemento de El Nacional, México 1992.
- Lajo, Javier Qhapaqñan.La ruta de la sabiduria7 1/a Edición, Amaro Ruma,Lima 2005
- Milla, Carlos. Genésis de la cultura andina. Amaru Wayra. Perú. 2008.
- Quijano, Aníbal. Colonialidad del Poder, Eurocentrismo y América Latina. En: Edgardo Lander (Ed) La Colonialidad del Saber: Eurocentrismo yciencias sociales-perspectivas latinoamericanas. CLACSO. Buenos Aires. 2000.
- Romero, María. Movimientos sociales en América Latina. El regreso a los tiempos del Inkarri. Portal de Estudios en Comunicación y Periodismo(Pecyp). 2007
- Shady, Ruth. La Ciudad Sagrada de Caral – Supe en los albores de la civilización en el Perú. Editorial de la Universidad Mayor de San Marcos. Lima, Perú. 1997.
- Todorov Tzvetan. La conquista de América, el problema del otro.1987 siglo XX editores, primera edición España.
- Varios autores. La ciudad sagrada de Caral-Supe: los orígenes de la civilización andina y la formación del estado prístino en el antiguo Perú.Instituto Nacional de Cultura. INC y Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe. Lima, Perú. 2003.
La Ciudad de los Césares.
"La ciudad de los Césares esta encantada en la cordillera de los Andes, a la orilla de un gran lago. El día de Viernes Santo se puede ver, desde lejos, como brillan las cúpulas de sus torres y los techos de sus casas, que son de oro y plata macizos..." Eso se dice de esta mítica ciudad, que oculta al hombre común en las zonas más inexploradas de la Patagonia sudamericana, ha tentado a muchos a buscarla. Pocos han vuelto para contarlo.
Por: Camilo Valdivieso
Uno de los enigmas más conocidos de la zona sur del mundo es la supuesta existencia de una ciudad rica en oro y plata que se encontraría oculta para aquél que no cumpliera con los requisitos para su ingreso. Este relato ha pasado de voz en voz y de escrito en escrito a través del tiempo generando un mito que en muchas ocasiones se ha intentado esclarecer.
Origen de la leyenda
"La ciudad de los Césares esta encantada en la cordillera de los Andes, a la orilla de un gran lago. El día de Viernes Santo se puede ver, desde lejos, como brillan las cúpulas de sus torres y los techos de sus casas, que son de oro y plata macizos..."
Esta leyenda surgió en el siglo XVI, durante la conquista española, y describía un paradisíaco paraje patagónico donde se asentaba una ciudad fantástica, repleta de metales preciosos. Sus habitantes poseían grandes riquezas, y las tierras regidas por esta ciudad eran excelentes para la explotación agrícola y ganadera.
Algunas versiones la ubicaban en un claro del bosque, otras en una península, y algunas incluso dicen que estaba en el medio de un gran lago y contaba con un puente levadizo como único acceso. Abundaban en ella el oro y la plata, de la cual estaban forradas las paredes. Algunos dicen que al lado de ella hay dos cerros, uno de diamante y el otro de oro. Los historiadores vieron en esta leyenda un intento de la corona espaZola por impulsar la colonización de las tierras del sur de América.
Una crónica española planteaba lo siguiente:
"Tenía murallas con fosos, revellines y una sola entrada protegida por un puente levadizo y artillería. Sus edificios eran suntuosos, casi todos de piedra labrada, y bien techados al modo de España. Nada igualaba la magnificencia de sus templos, cubiertos de plata maciza, y de ese mismo metal eran las ollas, cuchillos, y hasta las rejas de arado. Para formarse una idea de sus riquezas, basta saber que los habitantes se sentaban en sus casas en asientos de oro. Eran blancos, rubios, con ojos azules y barba cerrada. Hablaban un idioma ininteligible a los Españoles y a los Indios; pero las marcas de que se servían para herrar su ganado eran como las de España, sus rodeos considerables".
En el año 1527, Caboto funda un fuerte llamado Sancti Spiritus la confluencia de los ríos Carcaraña y Paraná, es el primer asentamiento de Argentina. Mientras él preparaba una expedición río arriba, en 1528, manda una partida a explorar el interior del territorio. Parten en noviembre 14 hombres liderados por el capitán Francisco César. Un hombre audaz y terco que sin titubeo alguno se interno hacia el oeste. Antes dividió su pequeña columna en tres partes: una que fue hacia el sur, a la tierra de los querandíes, de la cual nunca más se supo; otra se internó en las tierras de los carcarañás, de la cual tampoco se supo nada más, y por último la tercera, al mando de César, siguió el curso del río Carcarañá, hacia el Noroeste. Esta tercera columna fue la única que volvió al fuerte, siete hombres que anduvieron 250 o 300 leguas (1400 o 1700 km.), durante tres meses.
Volvieron contando maravillas. Según ellos, y lo corroboraron no solo el capitán, sino sus soldados, en las declaraciones que hicieron posteriormente en Sevilla, cuando procesaron a Caboto, son sus palabras, "habían visto grandes riquezas de oro, plata y piedras preciosas".
A esta incursión de Francisco César algunos autores la hacen llegar hasta el Nahuel e incluso más allá de Chiloé por el lado chileno. Muchas expediciones en los siglos posteriores salieron en busca de esta ciudad, no encontrando ningún tipo de señal que reconociera su existencia, sin embargo en cada expedición se añadían nuevos datos que con el tiempo lograron por desvirtuar aún más el relato original.
Cabe destacar que esta es una de las tantas ciudades ocultas que se originaron desde la conquista española, como es el caso de; Las Siete ciudades de Cíbola al norte de México, El Dorado, buscado desde el Caribe hasta el Amazonas, la famosa Sierra de la Plata y el Rey Blanco den la zona del Río de la Plata y por fin la más longeva de ellas, la Ciudad de los Césares en la Patagonia.
Aunque algunos investigadores han intentado darle un cariz netamente mágico al relato de los Césares, importantes empresas se han dirigido en pos de desentrañar el misterio que habría detrás de este mito antiguo. Andesenios Explorers organización internacional con sede en Chile, dirigió en el año 1999 una de las más ambiciosas expediciones en busca de esta ciudad. Su entrada comenzó por la ciudad de Bariloche y el lago Nahuelhuapi para adentrarse hacia una zona intangible en plena selva valdiviana, casi frontera entre Chile y Argentina. Entre senderos inexpugnables y lagunas de aguas casi congeladas desafiaron la naturaleza para acercarse a una zona que ni siquiera estaba registrada en los mapas del lugar. Nos cuenta uno de los integrantes de expedición que albergo a gente de República Dominicana, Argentina y Chile: “La ruta que elaboramos la hicimos a través de información histórica y la complementación con la leyenda oral. El viaje fue difícil ya que lo planeamos hacia el mes de agosto, época en que el invierno hace de las suyas en esas zonas patagónicas…”
Uno de los exploradores de la expedición comentó:
“Luego de un sin fin de situaciones adversas, y de haber confirmado un importante número de claves que estaban relegadas a la leyenda, encontramos una caverna con inscripciones plasmadas en su entrada, luego de analizarla llegamos a la conclusión de que se trataba de un lenguaje similar al Proto Indoeuropeo. Supuestamente estas zonas “oficialmente” no habrían sido visitadas por cultura alguna a no ser por los aborígenes patagónicos.”
Cabe destacar que la investigación de esta organización esta en desarrollo, esperando una nueva exploración a la misma zona entre el 2005 y 2006, mientras tanto no elaborarán ningún informe público.
¿Un mundo espiritual?
Aunque la leyenda nunca ha demostrado tener ciertos indicios de realidad, hay teóricos que han planteado la existencia de ciudades etéreas, algo así como civilizaciones que conviven paralelamente con el ser humano pero en otra dimensión. De esta forma grandes mitos mundiales no serían otra cosa que la representación de otras formas de vidas y que cada cierto tiempo se hacen visible al ojo humano.
La ciudad de los Césares sería -según algunos supuestos “contactados” con civilizaciones superiores o extraterrestres- una de las tantas entradas a ese “mundo oculto” que albergaría a una raza de seres sabios y de vestiduras blancas, tal como Isidris en Mendoza, Erks en Capilla del Monte, la Ciudad del Arcoiris en la Antártica, entre muchas otras a nivel mundial.
Se dice que por algunos instantes cada año, especialmente en viernes Santo se puede ver, desde los más altos cerros de la Isla Grande, como a lo lejos en la Cordillera Nevada brillan las Cúpulas de las Torres y los techos de las casas que en la ciudad prodigiosa son de plata y oro. Nada puede igualar la felicidad de sus habitantes que no tienen que trabajar para vivir, ni sufren enfermedades, ni pobrezas. Nada escasea en ella. Quien haya entrado a la Ciudad pierde el recuerdo del camino que a ella lo condujo, y la memoria de lo que fue antes vivir en los Césares. Un relato común de estos lugares de ensoñación en los que cualquier ser humano quisiera vivir...
Taita carnaval.
En una pequeña y acogedora población de los andes ecuatorianos, enclavada entre cerros y quebradas, muy cercana a la ciudad de Guaranda, nació y creció un apuesto joven, bajo la tutela de una familia distinguida, muy conservadora, pero responsable en su trabajo diario de hortelanos. Por ventura había cursado el segundo año de la primaria en la Escuela del lugar; en aquella época era más que suficiente como para cumplir cualquier actividad enmarcada en los derechos ciudadanos. Cuando cumplió los veinte, por voluntad propia fue al cuartel militar a cumplir con su obligación, vivencia que le sirvió para templar su carácter, aprender un oficio y abrir horizontes para su existencia. De regreso del cuartel, fue muy cotizado por las solteras de su terruño. Con sus amigos que tenían la misma edad organizaban y salían a dar serenatas en altas horas de la madrugada. No importaban las distancias que tenían que recorrer, ni el frio o la lluvia que soportar; lo importante era cumplir con el objetivo: pasar bien. Muchas de las veces les fue muy mal: los taitas de las chiquillas no les abrían las puertas, como era la costumbre en la comarca; algunas veces fueron echados con perros bravos; otras, bañados con orinas que las madres recogían en bacinillas a propósito. Cuando estaban con mucha suerte, amanecían bailando con las muchachas de la casa y bebiendo con el padre de ellas algunas botellas de mistela o aguardiente de contrabando, cuyo licor era muy apreciado porque no provocaba estragos en el chuchaque.
Para salir de serenatas había que saber tocar algún instrumento musical y en esa época era la guitarra que se había puesto de moda, pero era difícil rasgarla para acompañar a los cantos que se entonaban en aquel período y en tan especial ocasión. Todas las tardes religiosamente se reunían en el corredor de su casa para aprender a tocar la guitarra y cuando alguien ya aprendía, lo festejaban con unas copitas que solamente les servían para calentar el cuerpo o afinar la garganta.
En sus primeros años mozos le fue muy bien. Con ocasión de sus trasnoches, sus serenos, sus dones de buena gente, de muy buen conversador, con su buen humor de joven muy bien parecido, consiguió muchas amistades y algunos compromisos amorosos. Pero al momento en que las muchachas y sus padres se dieron cuenta de que se estaba pasando de listo, le cerraron todas las puertas y las posibilidades del disfrute de las serenatas con sus respectivas algarabías del baile y el cortejo acostumbrado. Quedó muy lejos la acostumbrada buena voluntad de las amas de casa, de brindarle un café bien cargado endulzado con panela y acompañado con unas deliciosas tortillas de harina de maíz tostadas en tiesto de barro y con abundante queso. Así de sencillo, se acabo la buena vida.
Y Cuando se estuvo quedando solterón, se detuvo para reflexionar y buscar una modalidad para reconquistar a sus amistades y a sus viejos amores y así superar de alguna manera su soledad.
Así empezó a hacer volar a su imaginación. . . . . . .Había que crear un motivo o una ocasión para visitar a los familiares, a los vecinos, a los compadres, a los conocidos y hasta a los desconocidos. Así es como empezó a barajar diversos pretextos y le pareció el mejor, el de recorrer los senderos tantas veces caminados, los chaquiñanes lodosos y resbaladizos entonando coplas nacidas de su propia inspiración que describían la vivencia, la soledad, la inocencia, la picardía, las esperanzas y desesperanzas, los dichos populares llenos de sabiduría.
Es así como empezó a ensayar uno que otro verso con rima, con contenidos extraídos del contexto de su mundo conflictivo. Estas coplas serian cantadas con ocasión del Carnaval, que coincidía con la temporada de las deshierbas del maíz y que para ello las familias se preparaban con la debida anticipación, ya que había que preparar los siete platos para dar de comer a los peones en señal de agradecimiento a la madre tierra y con la fiel convicción de que las cosechas serán abundantes. En ninguna casa faltaban la fritada de chancho y el mote pelado, el cuy con papas enteras, el caldo de gallina, la conserva de calabaza y el barril de chicha de jora y por supuesto los chigüiles envueltos en hojas de maíz.
Con sus amigos de mayor confianza que tenían la costumbre de reunirse todas las tardes para tocar la guitarra, ensayaron algunas coplas que servirán de muestra para ir creando y cantando de acuerdo a la ocasión. Como tenían que acompañar con la guitarra ensayaron varias combinaciones de notas musicales, hasta que les parecieron las más adecuadas, en su orden: MI menor, Do, MI menor y LA menor. La primera nota serviría para el espacio entre uno y otro verso o copla del carnaval.
La tarde y la noche del Viernes decidieron iniciar la aventura y para ello primero se dedicaron a repasar las primeras coplas que habían compuesto: A la voz del Carnaval todo el mundo se levanta; aun mas oyendo la voz, del quien suspirando canta. Que bonito es carnaval. Esta copla que se convertiría en la introducción antes de cualquier otra.
Así decidieron comprar algunas botellas de aguardiente de contrabando, algunas cajetillas de cigarrillos de marca dorado para envolver. A alguien se le ocurrió blanquearse la cara con talco para perder la vergüenza. Con dos guitarras y un tambor viejo que había encontrado en el soberado de su casa, iniciaron el ensayo y que les serviría para ir entrando en calor mientras iban planificando las visitas a las diferentes familias de la calle principal que terminaba en una quebrada que era muy conocida por el terror que causaba en altas horas de la noche; pues, se creía que de allí salía el duende para deambular la noche entera.
Cuando llegaron a la primera casa, luego de la primera copla cantaron: Pasando, pasando estoy, pasando por mí camino; Y las puertas me han de abrir, si me muestran cariño. Que bonito es carnaval. Pero como no tuvieron respuesta positiva continuaron caminando, sin antes manifestar su descontento: El cielo esta estrellado y la noche muy helada. Quédate no mas echada, como una burra preñada. Que bonito es carnaval.
Al acercarse a la siguiente casa, luego de entonar las dos primeras coplas, y al recordar a su primer amor, ensayaron la siguiente: Las estrellas en el cielo, caminan de dos en dos; Así caminan mis ojos, negrita por verte a voz. Que bonito es carnaval. A la vida de mi vida, muerta la quisiera ver; En una sala tendida y no en ajeno poder. Que bonito es carnaval. Y para despedirse cantaron: De esta esquina para arriba, disque me juran matar. Cual será ese valeroso para darle la del oso. Que bonito es carnaval
En la tercera casa tuvieron suerte. Es que el dueño de casa era muy amigo de los padres del carnavalero y como le gustaba la bebida, aprovecharía el fin de semana para pasarla bien. Entonces llegó la hora de lucirse con las mejores coplas: Ahora si que estoy con gusto, ya no siento la pobreza; Ahora que estoy con mis amigos y aguardiente a la cabeza. Que bonito es carnaval. Esta noche es de alegría y de amigos a lo grande; yo aquí alegre cantando y mi mujer muerta de hambre. Que bonito es carnaval.
Tanta era la algarabía y tan buenas eran las coplas, que llamó la atención a la vecindad y que en el transcurso de la noche fueron sumándose con cierto recelo a la fiesta del carnaval, en donde se polvearon con harina de maíz, jugaron al tusuchi con afrecho. Este juego fue un gran pretexto para manosear a las solteras. Bailaron hasta el cansancio y para descansar crearon un estribillo que decía: ya será bueno, ya será basta; Zapato de hule pronto se gasta. En los momentos de descanso aprovecharon para conversar, para planificar las siguientes visitas, para contar chistes y reírse a carcajadas.
A media noche, los carnavaleros estaban lánguidos y cansados por el baile, afónicos de tanto cantar, los guitarristas ya no podían con el dolor de los dedos de tanto puntear y de pronto a alguien se le ocurrió cantar las últimas coplas que decían: Mi garganta no es de palo ni hechura de carpintero; si quieren oírme cantar, denme un trago primero; que bonito es carnaval. Señora buena Señora, mátele al gallo patojo; Para ir tomando caldito porque me muero de antojo; Que bonito es carnaval. Por la chicha y por el cuy, por eso no mas me vine; porque tostado y mazamorra en mi casa mismo tengo. Que bonito es carnaval. A lo que los dueños de casa respondieron de inmediato sirviendo el banquete del carnaval a todos los presentes. Hubo caldo de gallina, papas con cuy, fritada de chancho con mote pelado, dulce de calabaza con chigüiles y chicha de jora en abundancia. Luego de tan exquisita comilona y ya con las energías recuperadas continuaron con las coplas de agradecimiento, con el baile, con el juego con polvo hasta el amanecer. Ninguno sintió los estragos de la mala noche; casi nadie se había embriagado a pesar de haber ingerido tanto aguardiente. Es que el buen humor y sobre todo por la transpiración provocada por el baile no les permitieron emborracharse.
Cuando el sol había calentado el ambiente, y el momento en que las chicas se dieron cuenta de que los carnavaleros estaban con mal olor debido al sudor de tanto baile, con el respectivo disimulo y al menor descuido les lanzaron agua; así se instituyo el juego del carnaval con agua, nadie se salvó del baño, eran todos contra todos, a las muchachas les metieron en el tanque que estaba casi lleno; así pasaron hasta el medio día, y cuando estaban casi secas las ropas que llevaban puestos, decidieron organizarse para ir a visitar a otras familias. Como ya estaban bien ejercitados en el canto de las coplas, sabían cuales eran las más adecuadas para las diversas ocasiones y sin duda para manifestar sus deseos. Así llegaron a una casa importante, en donde fueron atendidos a cuerpo de Rey. Cantaron y bailaron hasta el agotamiento, se sirvieron un gran banquete y bebieron las mejores mistelas preparadas para la ocasión. Aquí se les ocurrió a las muchachas ensayar algunas coplas satíricas dirigidas a los jóvenes del grupo: Los jóvenes de este tiempo son de pura fantasía; meten la mano al bolsillo, sacan la mano vacía. Que bonito es carnaval. A lo que de inmediato los jóvenes respondieron: Las muchachas de este tiempo son como la granadilla; apenas tienen quince años ya mueven la rabadilla; Que bonito es Carnaval. A la vecina del frente se ha quemado el delantal; a no ser por los bomberos se quemaba el animal Que bonito es carnaval. La única muchita que tengo, a la puerca le he de dar; voz carishina y pelada, que es lo que me vas a dar. Que bonito es carnaval. Las mujeres cuando mean, mean que chisporrotean; los hombres cuando orinamos, sacudimos y guardamos; que bonito es carnaval.
Así se armó lo que se llamaría mas tarde el contrapunto que consiste en organizarse en grupos para ir cantando coplas satíricas que son respondidas de la misma manera en turnos bien organizados. Y por supuesto no se salvaron los casados: Más arriba de mi casa se ha formado una laguna; donde lloran los casados sin esperanza ninguna. Que bonito es carnaval.
Y tampoco se salvaron los bailarines: Bailen, bailen bailarines; bailen que les pagaré, una rosa en cada en cada mano y clavel en cada pie. Que bonito es carnaval. Y para variar, con el afán de sacarse el clavo por algo del pasado: Esa pareja que baila se parece a San Francisco, y galán que lo acompaña, es igual a chivo arisco. Que bonito es carnaval. Y un estribillo: Alhaja guambra la de la loma, que se hace dueña de mi paloma.
Pasaron los días y las noches, crearon y cantaron innumerables coplas, ensayaron los más diversos pasos de bailes de la época, comieron y bebieron los mejores banquetes y las más sabrosas mistelas hasta saciarse, jugaron al tusuchi y se polvearon los rostros con talco y harina de maíz, se bañaron para refrescarse y superar el chuchaque, se quedaron dormidos sentados para recobrar las energías, hicieron grandes amistades y algunos compromisos matrimoniales. Así llegó el día Miércoles de ceniza y con el, el día de la despedida de la fiesta que mas tarde será la más popular de la comarca.
Este día compusieron y cantaron las coplas más tristes de despedida a la fiesta del Carnaval: Cantaremos carnaval ya que Dios ha dado vida, no sea cosa que el otro año, ya nos toque la partida o caigamos patas arriba; adiós, adiós Carnaval. Mushca, mushca tototo muérdele al carnavalero; a que el otro año no vuelva como perro molinero, Adiós, adiós carnaval.
Tan fuerte fue la tristeza que provocó la finalización de esta fiesta muy especial que, se les ocurrió enterrar al carnaval, para tener un pretexto más para ponerse a llorar mientras entonaban las coplas más tristes. Es así como se les ocurrió armar una caja de madera muy similar a las de los funerales que lo llevaron cargando a remuda entre todos y todas al cerro más alto de la Comarca, en donde mientras continuaban cantando, cavaron el hueco para sepultar al carnaval. De las coplas que mas sobresalieron fueron las siguientes: Cuando Salí de mi casa de nadie me despedí; solo de una hojita seca, que cayó cerca de mí. No te vayas carnaval.
Es así como se instituyó la fiesta del carnaval y a la persona que lo inventó se lo bautizo como el Taita Carnaval y se lo recuerda con mucho cariño, porque gracias a el se conserva la tradición y los valores de la generosidad, la solidaridad, la alegría, la poesía, la fantasía.
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